El espacio monumental de Antequera, imprescindible para quien disfruta con la mejor arquitectura, atesora un secreto Gourmet. Se llama Bienmesabe Santa María y sorprende por su propuesta: cocina del ayer volcada en el mañana. Todo un desafío y, al mismo tiempo, un gran acierto.

En Antequera manda la tradición en la mesa, como corresponde a una ciudad cargada de historia desde hace más de 2000 años. El equipo de Bienmesabe, capitaneado por Remi y Kiko, especialmente joven y entusiasta, utiliza esa línea de salida para lanzar propuestas aún más sugerentes que las originales.

Es un planteamiento vibrante, repleto de frescura, que se materializa en platos tan apetitosos como: la porra antequerana… de toda la vida, una obra de arte; la porrilla de invierno, una joya para jornadas frías que potencia la magia vegetal de las tagarninas; o el bienmesabe clásico, postre legendario de almendras, azúcar y huevos, con elegancia suprema.

Las dos cocineras que impulsan los fogones de Bienmesabe, super preparadas, lanzan sus notas creativas en una ensaladilla rusa magistral, que coronan con atún… en escabeche.

Pero hay mucho más. El mejor ejemplo llega con su calamar relleno de ortiguillas, un plato marinero de última generación repleto de originalidad.

Nuestro almuerzo en Bienmesabe ha sido especialmente reconfortante tanto por el escenario abierto frente a nuestra mesa, con unas vistas de belleza estremecedora a la Colegiata, a Santa María, y a la Peña de los Enamorados, como por la atención del equipo de sala.

Profesionales eficientes, cercanos y conocedores al dedillo de las diferentes propuestas de la casa son los puntales de un bienestar digno de sobresaliente.

Capítulo definitivo: el precio. Super ajustado para dos personas: menos de sesenta euros por cuatro platos más postre, dos vermuts y dos copas de un rosado magnífico. Es un argumento idóneo para viajar hasta Antequera, gran referencia del programa Málaga Adentro para redescubrir el interior con los cinco sentidos.

UNA RUSA QUE PIDE GUERRA

La ensaladilla rusa, leyenda Gourmet de Málaga, se conjuga en Bienmesabe con una nota transgresora: el atún en escabeche que corona el plato. Ensaladilla de gala, impecable en todas sus facetas y, encima, divertida, gracias a esa nota de escabeche especialmente cálida.

El contraste entre el tono de terciopelo de la ensaladilla y la bravura del escabeche impacta en el paladar del modo más positivo. Son sensaciones complementarias, especialmente agradables, que transmiten las inquietudes de las dos grandes cocineras de Bienmesabe. Una entrada por todo lo alto, con una nota de creatividad digna del mejor aplauso.

Esa rusa que pide guerra, y no queremos malas interpretaciones, tiene su continuidad en la porra antequerana, absolutamente canónica, impecable.

PORRA ANTEQUERANA, PURA GRANDEZA

Habría que ponerse en pie para recibir la porra antequerana cada vez que se presenta en una mesa. La sopa fría característica de esta ciudad es una joya Gourmet siempre saludable y sostenible, una muestra de la grandeza de una cocina volcada en los productos de cercanía.

En Bienmesabe se alcanza la cumbre. Sedosa, potente en el paladar, gracias a un aceite de oliva virgen extra de la tierra, aromática… y colorida, ya que los tropezones, lascas de jamón y de huevo duro, añaden sus tonos llamativos. Un 10 rotundo.

Es una porra elegante que te trasciende… espiritualmente cuando saboreas cada cucharada disfrutando de la belleza estremecedora de la Colegiata o de la Peña de los Enamorados, ese perfil de indio que pone su sello inconfundible a la llanura antequerana.

DE PORRA FRÍA A PORRILLA CALIENTE

Exactamente a porrilla con tagarninas, el plato enérgico para el frío invernal, que se agradece aún más al degustarlo en un mediodía al aire libre con poco más de 16 grados… no se necesita estufa de ningún tipo.

La porrilla de Bienmesabe es una caricia cálida que reúne lo mejor de la tierra: pan de hogaza, ajos, aceite de oliva virgen extra y huevo crudo con un protagonista estelar del tiempo invernal: las tagarninas. Hay que saborear cada cucharada, hay que sumergirse en esa oleada de notas vegetales.

Es un plato elegante, auténtico. Cocina de siempre, sin postureos, que trae a la memoria la grandeza de madres y abuelas en los fogones. ¿Cómo se puede hacer tanto con tan poco? Aún estamos rebañando la última gota de porrilla con la cuchara. Absolutamente exquisito.

MÁLAGA ADENTRO CON VISTAS AL MEDITERRÁNEO

El punto final a este almuerzo es un despliegue de imaginación: calamar relleno de ortiguillas, todo un “Tsunami” de Mediterráneo en el centro geográfico de Andalucía.

La creación de las cocineras de Bienmesabe sorprende, y cautiva, desde la mirada inicial. El calamar perfecto, acariciado por el fuego, descubre su contenido… vegetal, esas ortiguillas llenas de yodo y de esencia marina. Rompe esquemas.

Es diferente de lo habitual y se muestra, al mismo tiempo, impecable en el paladar con sus dos texturas, la clásica de un calamar bien cocinado y la melosa de las ortiguillas en su punto. Riquísimo. Propuesta de las que no se olvidan por su singularidad.

El calamar se ha reunido, por fin, con uno de sus manjares favoritos en el fondo del mar: con las ortiguillas. ¿Qué más se puede pedir?

BIENMESABE, TRADICIÓN EN EL POSTRE

Almendras, cidra, también conocida como cabello de ángel cuando se sale de tierras andaluzas, canela, azúcar y huevos son los puntales del bienmesabe antequerano, un derroche de distinción para degustar, eso sí, con cuentagotas.

Impacta a la vista, impacta al olfato, impacta al paladar… es una descarga total de estímulos en el cerebro, tan dulces como refinados. El mejor broche para un almuerzo disfrutado con los cinco sentidos.

Los platos fundamentales de Bienmesabe permiten disfrutar con los valores de siempre, elaborados con los mejores refinamientos de ahora mismo. Cocina de siempre interpretada en clave de emociones.

La creatividad de su equipo está abriendo, por otra parte, nuevas vías a la tradición culinaria de Antequera, para adaptarla a los paladares exigentes de hoy y, lo más importante, del mañana. Gran trabajo.

Las notas de color en un escenario único y exclusivo las puso Lozano Vin Rosé la última novedad de Bodegas Lozano. Con su elegante presentación y su agradable cata, garnacha cien por cien, está conquistando a los paladares más exigentes.

Algo a lo que también contribuye el que para mantener su calidad se conserva a temperatura máxima de 10 grados, desde su elaboración en bodega hasta la venta al consumidor.

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