El placer supremo, almuerzo de corte gourmet bajo un sol suave y una brisa mediterránea, se redondea si respiras, al mismo tiempo, el aire salado y tienes tus pies casi en el agua. Ese placer es de este mundo, concretamente de Luna Beach, el club de playa emblemático de Calahonda, entre Mijas y Marbella.

Daciel Guerrero en los fogones de este veterano “chiringuito”, ahora transformado en un espacio exquisito, junto con un impecable equipo de sala y… playa proporcionan ese placer al cuerpo y al espíritu de una clientela de todas las edades y de todas las nacionalidades.

Se disfruta con el escenario, con la atención exquisita del personal y con una carta repleta de frescura y caricias al paladar. Hemos saboreado cada instante de nuestro almuerzo con propuestas que van desde la tradición a la innovación, interpretadas siempre con la máxima originalidad.

La primera comprobación de esa línea de trabajo llega con la gilda de aceituna y anchoa, una gilda gloriosa de toda la vida, que se completa con una regaña colosal y una bola de mantequilla ahumada que invita a aplaudir puestos en pie.

Es el punto de partida de un menú ligero y chispeante, idóneo para comensales que se sientan a menos de 10 metros de la orilla de la playa. Un tartar de cangrejo marinado con espuma de cava más una porra de Antequera y… marinera, tan sutiles como exquisitos, abren el camino a los momentos supremos del almuerzo.

Corvina con verdura de temporada y rabo de toro sobre puré de patata y crujiente de plátano, emocionantes de principio a fin, son los platos de referencia en Luna Beach. Daciel Guerrero, educado en Cuba y “doctorado en cocina” en España, aporta el punto refrescante caribeño, con notas desenfadadas, a unas propuestas de nivel supremo.

El resultado es perfecto, por aromas, sabores y texturas, perfectamente adaptado un restaurante a pie de playa, casi mecido por las olas, capaz de acoger a bañistas recién salidos del mar y a familias que celebran sus reuniones festivas.

Hay mucha originalidad en los platos de Luna Beach. Esa nota creativa se refuerza con una carta de vinos andaluces desenfadados pero de gran calidad: blancos de Moriles Montilla, tintos de Ronda, dulces de la Axarquía malagueña… vinos que hacen “patria” mediterránea lejos de las 3 R casi inamovibles que imponen ley: Rioja, Ribera y Rueda.

Atención de calidad sobresaliente, cocina repleta de naturalidad y alegría, más… frescura del Mediterráneo son las claves de una nueva referencia en la Costa del Sol: Luna Beach, de Calahonda, el club de playa que ofrece un extra de felicidad a cada poro.

EN CLAVE DE MAR

Las gildas, esas descargas de energía producidas por una buena aceituna y una buena anchoa ensartadas en un palillo de diseño, llegan, por fin, a las mesas exquisitas, todo un acontecimiento para quienes disfrutamos con un toque “canalla” y exquisito.

Daciel Guerrero y su equipo han ido más lejos con su gilda al añadir: pan, una regañá… casi musical por sus notas crujientes, y mantequilla ahumada, una muestra de delicadeza en el paladar, super aromática y nada empalagosa. Aperitivo perfecto.

El corazón se acelera con el segundo plato del menú: tartar de cangrejo marinado y brotes de judías envuelto en una hoja de lechuga y cubierto con espuma de cava… Poco más de 3 bocados, sí, pero tremendamente reconfortantes.

La presentación de la propuesta, sobre piedras y conchas de la orilla del Mediterráneo, que se conoce como “rebalaje” en todo el litoral malagueño, predispone a una experiencia sublime. Es el sabor marino más elegante, más refinado.

CONTRASTES QUE UNEN DOS MUNDOS

La porra de Antequera marinera elaborada por Daciel Guerrero en Luna Beach despliega su primera oleada de contrastes ante los ojos, ya que se presenta en un recipiente transparente envuelto con una hoja tropical.

El toque marinero de esta porra se encomienda a un tataki de atún emocionante, bien potenciado por el mejor aceite de oliva… en perlas cargadas de sabor, en las esferificaciones que cubren su superficie.

Nuestros paladares han disfrutado con una sopa fría cremosa, muy delicada, llena de sorpresas: los trocitos crujientes de tataki de atún y las mini explosiones de las esferas de aceite de oliva.

Elegancia a la máxima expresión, seña de identidad de una porra de Antequera tradicional, y alegrías de la mano del atún y del aceite de oliva, un magnífico aceite elaborado por Alevoo en la Sierra de Cazorla gracias a la pasión empresarial de 4 Hermanas emprendedoras. Para repetir una y 1.000 veces.

CORVINA, SIEMPRE SUPREMA EN LAS MANOS CORRECTAS

Esa corvina jugosa, delicada, con textura amable para cualquier paladar y sabor siempre elegante, necesita una cocina que explote toda su personalidad marina. Daciel Guerrero logra un éxito rotundo con este pescado al elaborarlo con verdura de temporada y alioli… más una guindilla de adorno para quien busca emociones fuertes.

Es un plato que pide unos segundos al paladar para descubrir todos sus tesoros. A partir de ese momento se convierte en un manjar apasionante, de los que justifican cualquier desplazamiento para saborearlo.

Para las dos personas que hemos disfrutado con esta propuesta en Luna Beach es una referencia: Top 5 como plato de pescado para 2024… en toda la geografía española.

RABO DE TORO EN VERSIÓN “ROPA VIEJA”… AHUMADA

El último peldaño de esa escalera al cielo que ha sido nuestro almuerzo en Luna Beach de Calahonda se resume así: rabo de toro tratado como “ropa vieja”, esa gloria de la cocina tradicional para redondear un cocido, que se empareja con… crujiente de plátano. En una palabra, España y Cuba hermanadas por la carne más entrañable.

Daciel Guerrero elabora un plato repleto de mensajes emotivos al que añade un toque personal de ahumado capaz de ennoblecer, aún más, una carne deshilachada, jugosa, con sabores poderosos y duraderos. El plátano crujiente, ofrecido en chips, pone su punto divertido en el paladar.

La presentación bajo campana de cristal, con la liturgia asociada a un humo adulto, con solera, casi de cigarro puro cubano redondea una propuesta majestuosa. Sobresaliente total.

El postre también sorprende por su toque… mexicano, ya que propone un taco, sí, un taco con helado de frutos rojos, que se completa con una crema de grosella. Dulce comedido, frescura y ligereza son las notas que se recuerdan en la parte final de un menú super equilibrado.

Luna Beach materializa el club de playa perfecto para personas que disfrutan con la gastronomía delicada, sin exageraciones de ninguna clase, perfecta para acompañar una sesión de Sol y Playa en plan relajante.

Hay mucha creatividad en su cocina, mucha seriedad en cada una de sus propuestas gastronómicas y una atención suprema por parte del equipo de sala. ¿Se puede pedir más? Si medimos nuestra satisfacción personal solo puedo responder: Impecable de principio a fin.

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