El sector del turismo está focalizando dentro del sector económico dedicado a los servicios. Está focalizamos a ese mundo global que recoge igualmente una oferta global que nos permite capturar viajeros y visitantes. Por ello, lo primero que hay que hacer es tener un relato muy claro para capturarlos. Segundo, una vez capturados que se vaya ejerciendo el boca a boca muy positivo y no se acuerden de nosotros cuando vayan al servicio del establecimiento en malas condiciones. Esa es la clave, al final puede gustar más o menos, pero está ahí. 

A mi me ha tocado la Mesa del Enoturismo, y a parte de que España va a ganar mañana  a Slovakia (refiriéndose a la Eurocopa. Cosa que ocurrió) hemos hablado de cosas muy interesantes, ya que en la mesa ha habido gente muy potente a la cual he tenido la suerte de poder coordinar. Entre ellos a Julian Sanjuan de Los Patios de Beata, a Ignacio Garijo de Dimode, a Marina Ruiz, que ha estado muy combativa ya que era la única mujer en la mesa, Pérez Axarquía, Antonio Martínez González de Milamores de Ronda, que son otra de las experiencias del enoturismo que ya son una realidad. Además de Jose Miguel Pérez Hidalgo, de Bodegas Pérez Hidalgo; Antonio Jesús Reina Pacheco, de la Empresa Pública para la Gestión del Turismo y del Deporte de Andalucía S. A. (Dirección Hotel-Escuela  Santo Domingo, área de creación de producto y Consultoría) y Francisco Quereda, director de Málaga Convention Bureau – ICCA Iberian Chapter Board Member. 

Hablaba de esto, no hace demasiado, yo recordaba la película Entre Copas, aquí no había ninguna empresa que se planteara que alrededor del vino y sus huellas se puede desarrollar un próspero negocio. Pero esas huellas no inventadas en el caso de Málaga y legítimas deben poner en valor.  Huellas reconocibles de nuestra historia vitivinícola sobre las que construir y promover un turismo específico. 

Recordando que el moscatel es una uva griega, nos vamos a los sabores del garo con Roma. Tenemos la suerte ahora mismo de no ser una potencia en garo, porque el garo echaba una peste importante, ya que era una salazón de pescado podrido. Teníamos grandes balsas de garo donde ahora se encuentra el Teatro Romano, más o menos en el siglo I antes de Cristo, por ello ya podemos imaginarnos como podría oler lo que hoy es el casco histórico. 

Tenemos inmensas oportunidades de poner en valor aquello por lo que Catalina La Grande ponía a flote barcos de valor desde Rusia para venir sólo a por vino, aunque algunos dicen que también para ligar malagueños, pero eso es otro tema. La salina es mucha salina. 

Hagamos un relato con nuestro vocabulario propio 

Tenemos un vocabulario específico que no existe en otros lugares ‘gazpachuelo’, ‘biznaga’. Todo está relacionado, de alguna manera, con la sensualidad de ser más feliz, con el ocio y el disfrute, con aquello que nos hace buscar un destino para recordar y recordárselo a quienes queremos. Tenemos un vocabulario específico, espeto de sardinas, o sea, está bien que metamos paella, pero vamos a centrarnos también y fundamentalmente para vender todo aquello que nos identifica. Sumemos, por ejemplo, que como también Vinos de España, el vino español está en las coplas y en las canciones de medio mundo, hasta en las de Springsteen. Sumemos que somos vinos andaluces, vamos a descubrir ahora Jerez y por mucho que haya estado de baja, vamos a echar la pata a Montilla Moriles u otros que son también nuestros. 

Sumemos, pero carguemos de historia y de relato y vendamos como una aventura real el vino de Málaga. Sumemos a la etiqueta del vino de Málaga, que era fundamentalmente el vino dulce… Sumemos que esta tierra tiene una diversidad de vinos artesanales en su mayoría, que es una etiqueta que pocos pueden tener, sumemos esos mil posibles vinos. Lo que hizo Victoria Ordoñez al inicio con los pagos de la zona de El Borge y Almáchar. Que bien vendisteis que robabais a la pasa su propia uva para sorprendernos con un vino que olía a dulce y sabía a seco. 

Yo recordaba una anécdota, estaba haciendo un reportaje en Nueva York y una señora mayor tenía metidos sus hilos y sus bovinas de coser en una caja de Pasas de Málaga y ella no sabía lo que era Málaga. Sumemos todo eso a ese relato y sumémonos todos los agentes, que ya estáis trabajando tremendamente bien, junto con las iniciativas que tienen que aglutinar las estructuras institucionales. Sumemos las empresas de enoturismo, sumemos las bodegas que ya son una realidad, bien porque han sabido poner en valor las bodegas antiguas o porque son nuevas, pero les podemos dar páginas de eternidad. 

Sumemos la comunicación que se tiene que generar con las escuelas de hostelería o lo que ya se está haciendo en la Universidad, para que se venda el relato desde la formación. Sumemos, evidentemente, el proceso de seducción a esa calidad obligada que decían Fran y otras personas. Habéis hablado de las empresas, de los hosteleros, para que hagan de todo este relato un atractivo que en esa suma nos beneficie a todos. Nos posicione en un lugar de excelencia entre el vino y la gastronomía española, entre el vino y la gastronomía andaluza, el vino y la gastronomía de Málaga. 

Si tenemos hasta slogans, con eso termino, recordaba cuando di el pregón de la Pasa de El Borge. Bueno, algunos de los compañeros hemos dado los pregones de casi todos los pueblos. Hubo una época, hace aproximadamente dos o tres décadas, en la que muchos territorios (son 103 pueblos los que hay en Málaga bien comarcalizados, como la Axarquía) que buscaban en un producto, identificarse para generar un atractivo alrededor de Las Fiestas. 

Cuando yo estaba en la Pasa de El Borge se me ocurrió retomar esa derrota dura (menos dura de lo que va a ser para España, porque vamos a ganar a Slovakia), durísima de la pasa malagueña frente a la pasa de Corinto que se impuso industrialmente en el mundo. Es verdad que la pasa de Corinto es muy fácil de comer, no tiene hueso y todo eso, pero la pasa de Málaga tiene corazón. Con aquella añagaza, buscar como recopilar en un slogan ‘Málaga tierra de vinos’ como tiene ya Valladolid o tienen ya algunos lugares de Ribera, Tenemos ya ‘Málaga tierra de mil vinos’ o ‘Málaga vinos de mar y monte’ porque no todas las ciudades tienen esa posibilidad, vinos de playa y montaña o playa y sierra o ‘Málaga tierra vinelaria’. 

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