Es un oasis casi escondido entre el Arroyo de las Cañas y la carretera de Málaga a Campillos, la misma que continuaba hasta Sevilla hace poco más de siglo y medio.

 

Se llama Cortijo San Antonio, atesora todo el romanticismo del lugar de reposo favorito de los bandoleros legendarios y recuerda, con orgullo, que uno de sus huéspedes favoritos fue un tal… Miguel de Cervantes Saavedra, cuando ejercía como recaudador de impuestos a finales del siglo XVI. Siempre hablamos de… bandoleros.

El Cortijo San Antonio de ahora mismo, gestionado por el mismo equipo del restaurante Casa Paco de Coín, por la Familia Ruiz, es un hotel cargado de encanto, acogedor, repleto de rincones bellísimos, y con un nivel supremo de confort, gracias a un equipamiento de última hora.

Una puesta de sol en su patio central, que cuenta con un abrevadero de piedra que es ejemplo de artesanía popular, un desayuno en su bar, presidido por un coche de caballos exquisitamente conservado, o una noche en cualquiera de las habitaciones con techo artesonado, justifican la estancia.

  

La casa de postas secreta, que solo conocían bandoleros o leyendas de las letras como el creador de El Quijote, está de plena actualidad. Es una de las piedras preciosas de Casarabonela, la puerta al Caminito del Rey, y la naturaleza más poderosa y cercana para Málaga o Marbella. Visita y estancia imprescindibles.

 

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