La tapa, una de las claves de la mejor gastronomía española, tiene también su derivada en Italia, concretamente en Venecia, a muy pocos metros de la Plaza San Marco. Esa tapa singular, conocida como “cicchetto” en singular o “cicchetti” en plural, se disfruta en tabernas clásicas, “bacari”, o en establecimientos de última generación, como la Terraza Aperol, la casa del spritz más adictivo.

Por un lado ese spritz majestuoso, elaborado con: 3 partes del mejor Prosecco, 2 partes de Aperol, el licor con base de vino con ingredientes siempre misteriosos, y 1 parte de soda. Por otro lado los “ciccheti”, esas tapas imaginativas, creadas con producto fresco y de cercanía, que impresionan por su estética… digna del mejor premio de diseño.

Son tapas bellas, sí, y también deliciosas, como hemos comprobado en un aperitivo degustado poco antes de la cena.

Nuestra cata se ha centrado en 2 spritz Aperol como mandan los cánones, 5 euros cada uno, y en 2 “ciccheti”: tartaleta con crema de calabaza, pipas de calabaza, aceite de calabaza y cebolla agria; más tortilla de ricota con espinacas, siempre a 3 euros la unidad.

EL PARAISO APEROL ES DE COLOR NARANJA

Os avanzo ya que los bocados de “ciccheti” son deliciosos. Digo bocados porque son generosos en tamaño y ofrecen mucho más placer gourmet del que podría imaginarse por un precio tan ajustado.

El escenario, ese establecimiento Aperol capaz de combinar: miles de botellas de la marca con su tono naranja característico, carteles de época, iluminación acogedora y una música refrescante, de calidad, sin una sola nota de regaeton, redondea un tiempo satisfactorio, que te carga las pilas.

Hay tapas de calidad más allá del mercado español. Con calidad gastronómica y con una estética suprema, la Terrazza Aperol de Vencia muestra la vía del mañana con sus bocaditos de gloria.

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