En La Esquina del Arte de Estepona, en el corazón del casco antiguo, se saborea la Vida, se disfruta del optimismo de unos fogones de gran nivel en los que trabaja una cocinera experta, Laura Jiménez, especialista en elaborar platos cargados de felicidad.

Su formación sólida en restaurantes creativos y su capacidad de sorprender, incluso con ingredientes muy simples, se reflejan en sus propuestas, casi todas en formato de tapas sugerentes, que pueden, y deben, compartirse para ampliar así la experiencia Gourmet en sus mesas.

Las tarifas de cada propuesta en La Esquina del Arte, super ajustadas, multiplican su capacidad de atracción. Se puede disfrutar de una cena o de un almuerzo sin que la nota final roce los 25 euros por persona con vino incluido. Todo un argumento de choque en los tiempos inflacionistas que corren.

También debemos resaltar un detalle… arqueológico que diferencia el establecimiento de Laura Jiménez de todo tipo de competidores: está al lado de un mausoleo romano con más de 1.600 años a sus espaldas.

Ese lujo monumental, que recuerda el largo historial de acogida de la costa andaluza cercana al Estrecho, es un aliciente extra para acomodarse en su terraza y disfrutar de la existencia.  

TAPAS, LA COCINA MÁS DIVERTIDA

El Rincón del Arte de Estepona se ha ganado su prestigio con dos propuestas irresistibles en los tiempos que corren: el menú del día, que se ha convertido en el referente local por menos de 12 euros; y las tapas, siempre innovadoras, con ese toque exquisito que solo puede alcanzar una cocinera como Laura, formada en fogones de nivel supremo.

Nuestro almuerzo en esa terraza especial, rodeada de historia, ha combinado lo más innovador, como: los tomates con guacamole y anchoas regados con Aceite de Oliva Virgen Extra de nivel Premium, el bao de pollo crujiente, o las gyozas de pato con salsa de mango chili, con lo más clásico de la Costa.

El último capítulo, los clásicos, ha incluido: ensaladilla rusa, encargada de abrir esta pasarela de emociones sensoriales; pisto con huevo de codorniz; y boquerones al limón.

ESENCIALES QUE SATISFACEN

Comenzamos por los cimientos, por esos platos que atesoran los valores esenciales de la cocina malagueño. Laura Jiménez, la señora de los fogones en esta Esquina del Arte, borda la ensaladilla rusa. Aromática, con toques cítricos, ligera, jugosa, de las que te ponen los ojos en blanco a cada bocado.

Son tres bolas de ensaladilla en una bandeja alargada, suficientes para tranquilizar el apetito más desatado al comienzo de un almuerzo.

Otro homenaje al mundo vegetal: el pisto con huevo de codorniz. Es un pisto poderoso, con sabores bien engarzados en un todo homogéneo. Se disfruta con cada uno de sus ingredientes: con los tomates, con los pimientos… es un pisto exquisito. Sube un peldaño más con el toque del huevo, que aporta un extra de suavidad.

Como diría Pepe Monforte, el gran maestro de Cádiz en esto de escribir sobre platos emocionantes: para consumir todo un bollo de pan rebañando hasta el último rincón del plato.

El cierre supremo para este bloque de platos clásicos, los boquerones al limón, solo pueden calificarse como supremos. Buen pescado y toque cítrico emocionante. What else? Cómo diría George Clooney al presentar su taza de café.

Los boquerones de La Esquina del Arte están orgullosos de su frescura, como corresponde a un pescado procedente de la lonja de Estepona, situada a menos de dos kilómetros del restaurante de Laura Jiménez. Garantía total.

CREATIVIDAD EN SU JUSTA MEDIDA

Un buen almuerzo exige ritmo, una especie de melodía que combina notas fuertes con otras más tranquilas, como las asociadas a las propuestas creativas de La Esquina del Arte. Encontramos ese ritmo, siempre satisfactorio, intercalando un plato clásico con otro más innovador.

El primero de los “creativos”, tomates y guacamole coronados con anchoas y aceite de oliva Premium, fue un verdadero descubrimiento. Refinado, pero sin renunciar a la energía de la anchoa y a la distinción del aceite. Es un plato evocador, capaz de traer lo mejor del verano a tus sentidos en esos días fronterizos entre el invierno y la primavera que aún están recientes.

Otro registro diferente para un almuerzo con sorpresas: el toque super optimista de un pollo frito y crujiente. Ese pollo llega hasta los comensales envuelto en un bao templado, blando pero nada “chicloso”, que pone el contrapunto perfecto a una carne bien hecha. Dos bocados, ni más ni menos, estimulantes, gracias a los crujidos en el paladar, y divertidos.

Esa cocina de altura con ingredientes sencillos, que es todo un acierto, te transporta a la gloria cuando pruebas unas gyozas de pato con salsa de mango chili. Son las estrellas de la carta de La Esquina del Arte por cientos de razones: elegantes, delicadas y… fuertes.

El pato y el mango combinan magistralmente antes del aguijón del picante, de ese chili bajo control, que dispara el nivel de satisfacción. Sensacionales.

LA BELLEZA DEL POSTRE

Final por todo lo alto con un coulant de chocolate que impresiona, desde el primer vistazo, por su valor estético. El bizcocho de chocolate relleno de chocolate fundido, un “invento” del gran cocinero francés Michel Bras, es aún más sugerente con su cúpula de helado bueno de vainilla. Sí, bueno, por sedoso y aromático.

La combinación es perfecta, los chocolates y el helado, siempre con un dulzor comedido, se pasean por el paladar de un modo elegante, muy envolvente.

Este coulant de chocolate pone el broche exquisito a un menú… de tapas, ligero y saludable, para disfrutar sin añadir kilos extra al físico.

Es el acierto final, aún más valioso cuando se disfruta al lado del panteón romano que comentamos al inicio. Al levantarnos de la mesa agradecimos su legado.

Los romanos nos enseñaron los valores de muchos productos naturales y Laura Jiménez atesora el arte para transmitirlos a toda su clientela… en La Esquina del Arte.

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