Es un remanso de calidad, de buen oficio ante los fogones, que mira al Mediterráneo, abierto a poco más de 70 metros de su terraza.

Las Tablas del Rey es el restaurante de Fuengirola impulsado por David Rey, un maestro formado en los fogones del País Vasco que se ha aclimatado perfectamente al territorio malagueño, a su interior y a su litoral.

Su restaurante ofrece todo un recital de madera trabajada artesanalmente por el propio David. Es un establecimiento íntimo, que anima a conversar durante horas, que permite disfrutar de la brisa con calma y de la Luna llena, como la noche que estuvimos acomodados en sus mesas.

PERFECCIONISMO EN LA ZONA NOBLE DE LOS BOLICHES

David Rey, formado en establecimientos tradicionales de Vizcaya y de Guipúzcoa, es un perfeccionista. Respeta los mandamientos de la Alta Gastronomía pero disfruta cuando libera su creatividad, cuando va más allá del clasicismo.

El Menú Celebración, puesto a punto durante el confinamiento, es el mejor ejemplo del aire fresco que imprime a sus platos para llegar a un nivel auténticamente Gourmet. David Rey es un cocinero inquieto, siempre en aprendizaje, siempre abierto a cualquier sugerencia, que explica así su confinamiento: “He leído, casi devorado, más de 15 libros sobre gastronomía. He estudiado videos y más videos sobre cocina de tendencias. En una palabra, no he parado de aprender y experimentar ni un solo minuto”.

La atención al detalle que se respira en Las Tablas del Rey es aún más evidente en esta etapa de Nueva Normalidad. Todo está preparado para cumplir el reglamento anti corona virus y la responsable de sala sigue cada instrucción al pie de la letra. Confianza, es la primera palabra que viene a la mente tras disfrutar de una verdadera fiesta para los sentidos.

UNA SINFONÍA SIEMPRE IN CRESCENDO

A la mesa. Estamos en pleno paseo marítimo de Fuengirola en medio de una noche suave con la Luna como invitada sorpresa. Queremos degustar el Menú Celebración de Cocina del Retorno, nuestro compromiso para impulsar, en vivo y en directo, a profesionales de los fogones empeñados en alegrar los momentos post confinamiento.

David Rey inicia su sinfonía Gourmet con un entrante divertido: el falso huevo frito. Aceite supremo y sales. Ahora viene lo grande, es el huevo frito a la máxima potencia, un reencuentro con ese huevo de corral que te llevaba al séptimo cielo en tu niñez, pero no lleva ni clara ni yema. Básico y grandioso.

Muy buen comienzo, con un plato físico de mármol que impresiona por su pulido impecable. De aquí pasamos a unas croquetas de solomillo. Etéreas, seda pura en la boca pero con un mensaje potente para el paladar.

El menú va entrando en calor y así llegamos hasta el primer plato de choque: la ensaladilla rusa. Aquí se percibe ya la escuela malagueña de ensaladillas, la mejor del mundo si se nos permite.

Las Tablas del Rey propone una ensaladilla redonda por aromas y sabores, un ensamblaje perfecto que descubre arte culinario de gran nivel. Un plato magistral elaborado a partir de los productos más humildes. Genial.

 

Estamos en plena vorágine verde. Nos lleva a la ensalada de quinoa con base de aceituna negra y aguacate. Se trata de una propuesta absolutamente vegetariana, que convierte al comensal en seguidor de dicha filosofía alimentaria desde el primer bocado. Colores poderosos, sabores enérgicos, sensaciones emocionantes. El paseo de David Rey por los productos exóticos convence plenamente.

De la vanguardia al clasicismo. El siguiente plato, un canelón de perdiz en escabeche, te trae un recuerdo de los sabores tradicionales, la cocina de siempre. Es una filosofía de trabajo que se confirma nada más acceder a los fogones de David Rey, en donde se trabaja con grandes ollas para elaborar fondos de todo tipo, los sabores básicos de sus menús.

El canelón adentra en un nivel Gourmet muy alto, que se reafirma con el plato final: el milhojas de lubina a baja temperatura sobre crema de lechuga. En una palabra: soberbio. Elegante en el plato, equilibrado, con todo un arcoíris de sabores que acaricia el paladar. Exquisito y sorprendente.

   

Es difícil superar el nivel de este milhojas y David Rey sabe que tiene un As en su mano. Es el plato que evidencia su perfeccionismo.

Para cerrar un Menú Celebración especial, que ha cambiado el plato final de carne por la lubina, llega una tarta de queso sobre coulis de fresa natural y polen. Un avance antes de comentarlo: en las cocinas del Norte se domina el arte de la tarta de queso y el impulsor de Las Tablas del Rey viene de allí. El resultado es impecable, suntuoso, con un mínimo de dulce.

 

En una palabra: experiencia reconfortante en Fuengirola. David Rey está poniendo el listón muy arriba.

 

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