Una taberna con todas las letras, pero en versión japonesa, lo que se conoce como “izakaya”. Así se presenta Ikigai, en Marbella, una taberna tan auténtica y entrañable como las mejores de Tokio, de Kyoto o de Kobe a la hora de “cucharear”… con palillos, claro está.

Ikigai es una “izakaya” entrañable, con sus luces tenues, con su ambiente de aromas ahumados y con su carta desprovista de sushi, como reivindican, alto y bien claro, en la pizarra mostrada a la puerta del establecimiento. Estamos en la taberna de las maravillas… japonesas de Marbella.

Está escondida en una callejuela anónima de la zona más moderna de la ciudad, a menos de 200 metros de la playa de Venus, y reproduce la imagen que tienes en tu cabeza tras disfrutar con el libro de moda: La Taberna Kamogawa. Es un remanso de paz para cualquier gourmet, un regalo de texturas y aromas, en donde disfrutas con sabores tan exóticos como distinguidos.

Aquí solo hay guisos y preparaciones a la parrilla nipona por excelencia, la robata. Cada propuesta impresiona por su delicadeza, por su elegancia en la nariz y en la boca, pero también llama la atención por su contundencia. Aquí se disfruta con setas, berenjenas, carrillada de cerdo o pluma ibérica.

Nuestro almuerzo para 4 personas ha repasado los clásicos de Marcos y Justine, la pareja que marca la trayectoria de Ikigai desde su puesta en marcha. Son clásicos volcados en los vegetales como: las setas shimeji a la brasa, 14 euros, o la berenjena ahumada y salteada al wok con miso dulce y picante.

El contrapunto “carnivoro” ha llegado con un curry japonés de carrillada de cerdo, muy alejado del habitual en un restaurante indio, 21 euros, y con un plato del día: Jeyuk Bokkeum, según estaba escrito en la pizarra de sugerencias, que presenta pluma ibérica salteada con gochujang, una preparación a base de chiles, pimiento, cebolla y arroz, 23 euros.

Satisfacción plena para todas las personas sentadas a la mesa y factura final comedida, muy comedida: poco más de 100 euros para un almuerzo con las 4 propuestas ya contadas, con un postre de mochis supremos, con 2 cervezas japonesas de calidad y algún que otro capricho extra. Absolutamente impecable.

La atmósfera creada por Marcos y Justine en Ikigai transmite la espiritualidad, la pasión por lo esencial en la comida cotidiana de Japón. Es una fiesta de pasión por la cocina que se transmite de generación en generación.

En Ikigai sintonizas con el respeto absoluto a preparaciones deliciosas desde hace décadas… o siglos. Hay mucha magia a tu alrededor y te anima a disfrutarla en muchas ocasiones.

Volveremos a la… “Taberna Kamogawa” de Marbella, que aquí, en el Sur, se llama Taberna Ikigai.

VEGETALES EN OTRA DIMENSIÓN

Las primeras sorpresas están en las descargas aromáticas y en las texturas particulares de las setas y las berenjenas, protagonistas de las dos propuestas iniciales que llegan a nuestra mesa.

Pero vayamos paso a paso. Las setas shimeji a la brasa, con su alioli de toban djan, que es una salsa picante de chiles y judías, más su menta fresca, impresionan por su aroma final, mezcla del toque de humo de la parrilla, de la fragancia de las setas y del frescor de la menta. Es una sinfonía en la nariz que se cuela en la mente de la forma más placentera.

La combinación de terciopelo del alioli con la textura singular de las setas se redondea con la nota punzante del alioli. Es un plato que se disfruta con los 5 sentidos y… de forma muy intensa.

La berenjena ahumada y salteada al wok con miso picante y otro alioli, denominado kewpie, de los que Marcos tiene todos los secretos, marca un punto y aparte.

Es adictiva. Podrías estar horas degustando una fiesta de aromas y sabores poderosos, pero muy bien sintonizados, siempre con esa sombra picante que estimula los sentidos. Esta propuesta ya forma parte de las leyendas de Ikigai.

Es una berenjena imprescindible en cualquier visita a esta embajada gourmet de Japón en el Sur de España, un auténtico Top 5 entre los platos supremos para 2024.

DE LO VEGETARIANO A LO CARNÍVORO

Cambiamos de escenario. La entrada vegetal cede protagonismo a la carne con una propuesta sorprendente: curry japonés de carrillada de cerdo con arroz. Te deja sin palabras en el mejor sentido, es difícil destacar que enamora más: el tono aguerrido de la carne poderosa o la calma de un arroz aromático que pone frescor en el paladar. Combinación super estimulante,

Marcos elabora un plato de siempre con la delicadeza de las madres o las abuelas japonesas que han cocinado este curry durante siglos. Es una carga emotiva que se percibe en cada cucharada… o en cada pinza con los palillos, autenticidad total.

Finalizamos con una de las 3 sugerencias del día, reflejadas en la pizarra que preside cada almuerzo y cada cena. Ha llegado la hora de la pluma ibérica salteada con Gochujang, además de pimiento, cebolla y arroz. Se describe como Jeyuk Bokkeum, cuya traducción es: cerdo picante salteado.

Pura mantequilla, carne que se corta con un solo paso del cuchillo, con la intensidad de sabor de la pluma ibérica, aún más alegre gracias al pimiento y la cebolla. El punto picante de la salsa Gochujang, fuerte en el paladar pero sin agresividad molesta en la garganta, añade el toque definitivo a un plato supremo.

Es una propuesta invernal, para enfrentarse con éxito a las jornadas más desapacibles. Su fogosidad alegra la vida de las personas que disfrutan con cada cucharada.

MOCHIS, EL DULCE MÁS MULLIDO

El dulce emblemático de Japón, el mochi, ha puesto punto final a nuestro almuerzo en Ikigai. Hemos saboreado 4 presentaciones diferentes: chocolate, matcha, turrón café y yogur con frutos rojos, siempre elaborados por Yuzu Pastry, de Fuengirola.

Exquisitamente artesanales, mullidos, sutiles pero con carácter. No hay dos iguales. El mejor consejo de Justine, responsable de sala de Ikigai, es comerlos con los dedos, no con cucharilla, para apreciar así su tacto delicado.

Son joyas de la gastronomía, a años luz de las propuestas de corte industrial con textura acartonada presentes en las grandes superficies. Solo podemos añadir que estos mochis de Yuzu Pastry nos han dejado los mejores recuerdos en el paladar a las 4 personas sentadas a la mesa de Ikigai.

Familiaridad, calma o atención exquisita son algunas de las claves de la gran taberna japonesa del Sur de España, sin sushi, solo con propuestas elaboradas a la parrilla.

Marbella tiene una joya gastronómica singular, hay que encontrarla entre las callejuelas y los edificios colosales de apartamentos, pero lejos del… mundanal ruido. La satisfacción final recompensa la búsqueda. Arigato Ikigai, Arigato Justine y Marcos.

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