En el restaurante más urbano del Valle del Guadalhorce, en El Sauce de Vito, situado en Campanillas, a las puertas de Málaga, hemos disfrutado de un verdadero concierto gourmet. Esta obra musical, orquestada por Victoria Gallego, en la sala, y por Antonio González, en los fogones, se ha planteado como una escalera al cielo.

La subida continua de intensidad gastronómica, una de las claves de esta cena emocionante, se ha potenciado con un cambio de registro muy reconfortante. Hemos pasado de unos platos iniciales de corte popular a unos platos finales muy creativos, de los que generan gritos de admiración.  

El grupo de prensa asistente a la primera edición de Málaga Adentro Valle del Guadalhorce, procedente de diferentes localizaciones de toda la Península, ha sido juez implacable de una cena calificable de grandiosa a juzgar por sus expresiones al final de más de dos horas de emociones continuas.

Cocina grandiosa elaborada con los productos más cercanos y emblemáticos del Valle del Guadalhorce. Siempre en clave verde, con vegetales de temporada repletos de vivacidad y frescura, inspirada en la sabiduría más centenaria. En El Sauce de Vito hemos subido al cielo gourmet a través de peldaños gratificantes.

El establecimiento de Victoria y Antonio es un referente en Málaga, sin postureos, sin estrellatos, solo calidad y creatividad para disfrutar con los 5 sentidos. Imprescindible en el GPS de cualquier persona con buen gusto.

TAN POPULAR COMO ELEGANTE

El punto de partida de esa escalera, siempre imaginaria, al cielo gourmet lo ha marcado un auténtico calambre de sabor; un picadillo de tomate del terreno con aguacate y boquerones en vinagre, boquerones casi casi “victorianos”, los lujos plateados del Mar de Alborán. Pura alegría en el paladar, optimismo contagioso en cada bocado.

La grandeza de lo humilde, de los platos tradicionales interpretados en la clave más exquisita, ha marcado las dos propuestas siguientes: la ensaladilla rusa a “nuestra” manera, con gambitas y polvo de ibérico… sencillamente inolvidable; y el dúo de berenjena y calabacín relleno de bacalao, cebolla y majao… lo que se conoce como “pitillo”.

Podríamos detallar la excelencia de la ensaladilla rusa, que situamos entre las 3 mejores de Málaga en nuestra lista particular, siempre alejada de las publicadas por críticos con ínfulas. Super equilibrada, casi una golosina por su delicadeza, por su sutilidad.

El dúo de berenjena y calabacín evidencia el arte de Antonio González en cuanto se aventura por el mundo vegetal. Texturas de terciopelo en el paladar y sabores intensos que hablan de verano, de diversión al sol. Cada bocado te lleva a un almuerzo familiar en un día de campo. Genial.

LA DIMENSIÓN OCULTA DEL MOLLETE

El cambio de registro se ha producido con un mini mollete relleno de tartar de salchichón de Málaga con perlas de mango, pura esencia de una Cocina Tropical Mediterránea que pide vía libre para cautivar paladares por el mundo.

Despliegue de creatividad con tres de los pilares básicos de la alimentación cotidiana en el Sur: el mollete, el salchichón blando y el mango con todo su poder cítrico. Este “bocadillo” desbancaría, de un plumazo, todo el universo Burger King y McDonald. Hay que calificarlo de… vibrante.

EL TOQUE VERDE

La apoteosis final ha comenzado con una propuesta tan vegetariana como creativa: ravioli de calabacín relleno de queso de cabra sobre tierra de remolacha. Soberbio en todos los sentidos: por textura, por aroma, por sabor, todo redondeado con un extra de ligereza para el sistema digestivo, un factor siempre destacable en una cena con cierta entidad.

Llegamos así al hojaldre de chivo con cous-cous a la hierba buena, todo un despliegue de delicadeza, de aromas botánicos. Este plato ha dejado el sello de la cocina del Guadalhorce en la boca de las 12 personas sentadas en El Sauce de Vito.

Chivo lechal malagueño, con su despliegue de sabores del monte, con un cous-cous poderoso que cautiva el olfato, un ensamblaje perfecto para los sentidos. Es el broche perfecto para un menú emocionante de principio a fin.

RECREAR LO MEJOR

La cena de prensa en El Sauce de Vito se desarrolló muy cerca de la Semana Santa, de la fecha emblemática para las torrijas. El postre de este acontecimiento gastronómico tenía que rendir honores a ese lujo dulce.

La torrija con miel, como mandan los cánones, llegó a la mesa en compañía de un sorbete de mandarina, otra de las grandes sorpresas del Valle del Guadalhorce. Juego de sabores en el paladar y juego saludable para un postre, por su bajo nivel de azúcares. Sutil y elegante. Final impecable.

El Sauce de Vito nos ha descubierto sus argumentos de calidad. Es un referente imprescindible en Málaga, un punto fijo en el GPS Gourmet para turistas gastronómicos excelentes. Autenticidad, proximidad al universo vegetal, precio super ajustado y servicio de lujo distinguen el restaurante de Campanillas de su competencia.

DEJA UNA RESPUESTA

Please enter your comment!
Please enter your name here