Buscamos experiencias, buscamos impactos emocionales en espacios con personalidad… y hemos encontrado un verdadero aluvión en un lugar entrañable: Don Rudolfo, en el centro histórico de Estepona, al pie del Hotel El Pilar, recién estrenado.

¿Cuáles son los detonantes de esas emociones? Ibéricos y Aceites de Oliva Virgen Extra, ni más ni menos. Auténticas palabras mayores cuando se pronuncian en Málaga, en Andalucía.

Ambos puntales, Ibéricos y AOVEs necesitan los toques maestros de dos fenómenos: Dani García Peinado a los aceites, como si fuera el guitarra estelar del concierto; y José María Sánchez Sánchez a los ibéricos, en el papel del batería del grupo. La taberna-cueva de Don Rudolfo, con su escenografía particular, completa una propuesta divertida, repleta de aromas y sabores grabados en nuestros ADN.

El planteamiento de este concepto Gourmet se redondea con un factor extra: el precio asequible. En tiempos de tarifas demenciales, cuando el “postureo” acepta un precio por persona superior a los 100 euros en un restaurante sin que nadie se lleve las manos a la cabeza, o lo que es peor, 200 euros sin que la persona responsable de los fogones se digne a aparecer por la sala, es gratificante hablar de joyas gastronómicas como las creadas por Dani García Peinado que van de 1,50 a 10-12 euros.  

Un almuerzo ligero en Don Rudolfo, a base de tapas y raciones pequeñas, nos ha descubierto el secreto detrás de la fórmula para emocionar: un trabajo enorme de búsqueda entre los productores artesanales de ibéricos y AOVEs con calidad suprema, bien complementado con un trato exquisito a cada producto.

Dani y José María están consolidando dos de los grandes emblemas de la mejor gastronomía española: los ibéricos y los aceites. Dicho trabajo es aún más destacable cuando los críticos que se suponen enterados pasan años y años sin nombrar el aceite ni en una línea de sus comentarios o solo hablan del ibérico… de moda si llega empujado por el fondo “buitre” correspondiente.

Entramos en un mundo de aromas fuertes, de sabores tan poderosos como refinados, de impactos emocionales. Nos sumergimos en Don Rudolfo, la taberna – cueva más apetecible de Estepona, en la Costa del Sol.

CLÁSICOS QUE EMOCIONAN

Un tapeo de categoría, desenfadado, para disfrutar con la mejor compañía, impone un inicio de ensaladilla rusa, toda una religión en Andalucía: 8 millones de andaluces, 8 millones de formas de preparar este lujo Gourmet. Siempre soberbias.

Dani García Peinado interpreta esta ensaladilla rusa con una mayonesa de las que quitan… el sentido. Buenas patatas, muy bien cocidas, y salsa majestuosa, que llena el paladar de alegría. Imprescindible. Es toda una lección de las posibilidades de un gran aceite, una lección profesional a cocineros del norte sobrevalorados, aquellos que eligen aceites por su nivel de acidez… como si eligieran vinos por su grado de alcohol. Ahí lo dejo.

La ensaladilla rusa de Don Rudolfo es compacta y potente, de las que dejan huella, y muy positiva, en el paladar.

SABORES DEL SUR, REFINADOS Y PODEROSOS

Impactos, estéticos y aromáticos, capaces de animar el día más gris. Dani García Peinado propone dos revitalizadores… que ríete del Red Bull. La croqueta de aceituna aloreña sobre alioli de almendra ya lanza la primera señal de alerta. El ochio relleno de carne “mechá” ibérica y de jugo de manteca “colorá” ya lanza el mazazo definitivo.

La aceituna aloreña, la única con denominación de origen, impresiona por la profundidad de su sabor frutal y por su potencia. Va más allá de una aceituna de mesa, se convierte en una pequeña fiesta Gourmet para paladares que aprecien los sabores fuertes, muy marcados.

El ochio, un pan de aceite típico de Jaén, permite disfrutar con los matices de cada AOVE en un bocado de aromas elegantes y enérgicos.

Esos ochíos, tan humildes y grandiosos, tan representativos del refinamiento de enclaves renacentistas como Úbeda y Baeza, alcanzan niveles excepcionales con dos toques: carne “mechá”, elaborada a partir de ibéricos, y jugo de manteca “colorá”. Se dirigen a paladares curtidos.

Todas las notas de este bocado son fuertes, pero armonizan a las mil maravillas, con toda delicadeza. Una fiesta para quienes apreciamos las emociones al volante de un coche, o en la vagoneta de una montaña rusa.

UN CLÁSICO Y UN INNOVADOR

Croqueta de jamón, de ibérico 100 por 100, cocinadas con AOVE. Hasta aquí todo normal, pero dicho planteamiento alcanza un nivel estelar en Don Rudolfo cuando la elaboración de cada croqueta cuenta con ingredientes de gala.

La masa de la croqueta es casi etérea, permite saborear el aceite y disfrutar con la fragancia del jamón. Ese mismo aceite, utilizado con maestría, pone el crujiente a un rebozado delicioso. Un gran trabajo.

El pincho ibérico de Dani García Peinado plantea, por su parte, todo un desafío, ya que incorpora morcilla, taco de secreto marinado y chorizo. El universo del ibérico en un bocado, pero un bocado de KO técnico, que pide unos instantes para recuperar el sentido. Genial.

Los aromas y sabores de los ibéricos de siempre, potenciados al máximo, y armonizados. Sensaciones enérgicas, casi brutales, pero sin contraindicaciones de ningún tipo.

LA FELICIDAD DE TODA LA VIDA

El equipo de Dani García Peinado conoce al dedillo cada sabor emocionante, trabaja con cada recuerdo de la infancia, para plasmarlo en platos de siempre que apuntan al mañana. Su cabezal ibérico en salsa de tomate agripicante y menta, se mueve en ese sentido.

Carne con tomate de toda la vida, pero actualizada con la salsa de tomate agripicante, que añade una nota casi “canalla”, y con la fragancia de la menta más refrescante. Propuesta Gourmet de mucha altura, perfecta para cerrar una ronda de propuestas sugestivas… con el mejor sabor de boca.

En Don Rudolfo, en el corazón de Estepona, una de las grandes capitales de la Costa del Sol, se está trabajando con los grandes símbolos de la cocina española: los Ibéricos y los Aceites de Oliva supremos. Hay que “peregrinar” hasta esa taberna – cueva para conocer la dimensión de unos ingredientes grabados en nuestro ADN.

LA ENCINA DEL INGLÉS, RICOS Y MUY ASEQUIBLES.

Acudir a los vinos de Ronda de La Encina del Inglés de la Bodega La Melonera siempre es un éxito, son muy ricos y de precio asequible. En Don Rudolfo han maridado la selección de tapas con el blanco para arrancar y el tinto para las propuestas más contundentes.

El blanco es un impecable coupage de variedades autóctonas: Moscatel Morisco, Pedro Ximénez y Doradilla. Con un envolvente toque salino. El tinto, 65 por ciento Tintilla de Rota y resto de Garnacha de precioso color rojo violáceo es un vino joven con un toque de crianza que resulta especialmente fresco.

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