Te levantas de la mesa con una gran sonrisa dibujada en tu cara, vuelves a tu domicilio pleno de satisfacción, recuerdas el almuerzo unos días después como un tiempo de felicidad… has disfrutado con la cocina de Bendita Katalina, en la casa club de Añoreta Golf, del malagueño Rincón de la Victoria.

Manda la naturalidad más saludable, manda la sencillez, pero detrás de ese planteamiento aparece un trabajo creativo de gran nivel, un toque magistral en los fogones y un respeto casi reverencial a un producto siempre supremo.

Diego Narbona, el Cocinero Ejecutivo de Bendita Katalina, transmite su empuje, su juventud, su desenfado a todos los platos, desde unas simples patatas aliñadas, las legendarias “papas aliñás”, que se transforman en sorpresas con un toque dulce gracia a la cebolleta coreana, hasta su magistral foie micuit con rayadura de chocolate, que se unta sobre un cruasán hecho en la plancha, para conducirte directo a las estrellas.

Acompáñame en este viaje de los sentidos en la mesa de Bendita Katalina. Nos unimos al espíritu inquieto de esa Katalina viajera, una buscadora de sensaciones Gourmet que ha dejado varias de sus maletas en una esquina de la sala para recordarnos sus singladuras por las cocinas del mundo. El viaje es siempre más gratificante que el propio destino.

PROGRESIÓN PERMANENTE

Aperitivo, detalle clave para cualquier persona que se sienta a la mesa de Bendita Katalina. Es el ejemplo de la cocina que llegará después hasta el paladar, como demuestran unas patatas aliñadas, “papas aliñas”, casi desnudas, solo con un toque de cebolla coreana y alioli. Nada más… y nada menos.

Cocidas magistralmente, repletas de sabor, firmes pero no duras y… majestuosas con su alioli y el toque mágico, ligeramente dulce, de la cebolla coreana. Deliciosas, hacen algo más que abrir el apetito: lo disparan.

Sencillez, sí, pero exquisita, lejos de exageraciones y de lucubraciones de esas que tanto gustan a críticos gastro intransigentes, pero capaces de alucinar con… un “bocata de tortilla”. ¿En qué quedamos?

Vamos con otro impacto en los sentidos. Llega el dúo de rusas. Atención, estamos en Málaga, territorio de referencia en el capítulo de la ensaladilla, rodeados de restaurantes que han alcanzado esa perfección… que no es de este mundo.

Los responsables de la carta, Germán Bautista y Mario Márquez, ya avisan: con este dúo de rusas se viaja de Málaga a Seúl en el asiento más Gourmet. Comenzamos por la rusa clásica, aroma a Aceite de Oliva Virgen Extra de muchos quilates, sabor profundo, acorde con los cánones y textura… para comerse varias bandejas de un tirón.

Queda la sorpresa, la rusa con espárragos, atún rojo y mayonesa de kimchi coreano. Cada bocado es un festival de emociones placenteras, con el poder del atún y el punto picante, exótico, del kimchi. Creación magistral.

DE LA IJADA AL HUEVO FRITO CON UN TOQUE DE PAN TOMACA

Ya a todo régimen, ya integrados en el viaje de la misteriosa Katalina, entra en juego uno de los platos estelares de Diego Narbona: ijada de atún rojo, también conocida como ventresca, en aceite con sus almendras reforzada con pan “tomaca”, con tomate bien rallado, y un huevo frito.

Plato al centro, para compartir, para disfrutar con la compañía, para reír, para contemplar cómo se multiplican las caras de placer.

La ijada es… sobrenatural, desde la nariz hasta la boca, sabor intenso de gran atún rojo de almadraba, no de ese que se cría en piscifactoría con ínfulas de grandeza y con parabienes mediáticos. Salino, elegante, casi sutil cuando se degusta con un toque de aceite supremo y con una almendra Marcona, recién llegada de la Axarquía malagueña, criada justo al otro lado de la autopista A7.

La sinfonía entra en otra dimensión cuando se combinan todos los ingredientes: el pan con tomate, el huevo frito y el atún. Te deja KO, ¡qué impacto! Es un derechazo de emociones en los sentidos, un paraíso mediterráneo repleto de vitalidad.

MANGO PICANTE, EN EL CORAZÓN DE LA COSTA TROPICAL

Otro guiño viajero, materializado en un mestizaje que une lo más cercano: mermelada de mango especiada, con su toque picante, con lo más francés: foie micuit de pato, con chocolate espolvoreado, y cruasán tostado, sí, un cruasán de bollería con el toque magistral de la mantequilla.

Detrás de este plato absolutamente exquisito, enloquecedor, hay muchísimo conocimiento de los gustos de la clientela más inquieta, menos tradicional, y muchísimo Arte en los fogones, los dos ejes de Bendita Katalina.

Cada una de las notas de los diferentes ingredientes rima a la perfección con las restantes. Placentero, delicioso… te deja una sensación reconfortante de elegancia suprema. Abstenerse forofos del chuletón carbonizado… esto no es para Ustedes.

Amargor, dulzura, picante… a la máxima expresión potenciado por la mantequilla del cruasán. Plato de referencia en mi “wish list”, uno de los 10 grandes del verano 2021.

TRIPLE MORTAL SIN RED

¿Es posible mantener ese ritmo Gourmet? En Bendita Katalina se lanzan al triple mortal sin red, como en el circo, y lo consiguen. El plato se llama… El Fulano. No me he equivocado, El Fulano, y pone en juego un royo de pasta crujiente, super delicado, relleno de pato confitado y bañado con mayonesa de pollo asado.

Es imposible mantener los jugos gástricos bajo control. El aroma de esta propuesta de Diego Narbona pone en estado de alerta a cualquier comensal. La presentación aporta una nota extra con su estética cuidada.

En Bendita Katalina hay mucho conocimiento del Gourmet de nueva generación, que disfruta con platos sutiles pero poderosos, con porciones limitadas, no exhaustivas, y con originalidad. Es esa generación que rehuye de gorduras indeseables, de colesteroles insanos y de… michelines en la cintura.  

El primer bocado ya impresiona, el segundo trastorna, el tercero te pide dar un aplauso al equipo de cocina. Las notas crujientes de la pasta, la melosidad del pato y la fuerza de la mayonesa hacen maravillas tanto en el paladar… como en el espíritu. Soberbio.

LAS PRIMERAS JORNADAS DEL ATÚN.., Y VENDRÁN MUCHAS MÁS

La inquietud, una de las claves de este restaurante, ha impulsado su primera Semana del Atún. Es un acontecimiento destacable si se tiene en cuenta que llevan menos de seis meses abiertos.

Nuestra visita a Bendita Katalina ha coincidido con esa celebración, lo que explica, sin más palabras, las dos últimas propuestas del almuerzo: parpatana asada a la brasa con chimichurri y patatas “a su manera”, por un lado, y morrillo a la plancha con pisto gaditano, por otro. Dos platos de los que se guardan para siempre en la memoria.

Comenzamos por la parpatana, esa pieza del atún situada junto a sus branquias, que antes de desechaba… por ignorancia y ahora es una de las joyas más buscadas.

Se presenta como un chuletón, delimitado por dos huesos casi paralelos, con sus correspondientes toques de carne y filtraciones grasas. Si existe el cielo Gourmet tiene que ser algo muy parecido a este asado a la brasa de Diego Narbona.

A lo mejor queda feo que diga como chupé, y rechupé, cada uno de los huesos, como disfruté con la carne melosa en su interior pero firme en la superficie, potentísima pero elegante, con un aroma y un sabor inconfundibles. Con esta parpatana es fácil pasar de la gula a la lujuria.

El contraste con las patatas de apoyo, cocidas primero y asadas después con un toque de mantequilla, te transporta al Atlántico, al océano más libre y poderoso.

POR TODO EL MORRILLO

Pero hay más: un fin de fiesta con morrillo a la plancha y pisto gaditano. Delicadeza total, sutilidad, fragancia, naturalidad. Matrícula de Honor.

Son dos platos que justifican un viaje desde Madrid, desde Barcelona, desde San Sebastián, desde París y no exagero. Producto supremo cocinado con conocimiento y respeto por un maestro de los fogones con mucha trayectoria por delante.

CAYETANAS Y TENTACIONES

Llega el postre, inesperado, sorprendente. Llega en una caja rosa, con la marca Cayetanas. Te deja un poco perplejo. ¿Esto de qué va? Hasta que abres la tapa y aparecen cuatro palmeritas bañadas… en tentaciones dulces: Nutella, Ferrero, Kinder y glaseado de naranja, el baño de las tradicionales “locas malagueñas”.

Divertidas, originales, amistosas, ya que deben compartirse con las personas de tu entorno, y comedidas en dulce, para no disparar la sed a lo largo del tiempo de digestión. Una propuesta perfecta para esa generación de Gourmets que buscan experiencias inéditas en cada momento.

Bendita Katalina ya es un referente en la Costa Tropical malagueña. Rompe moldes tanto por su enclave físico, que combina el verdor de un campo de golf con el territorio duro y seco de la Costa Tropical malagueña, como por su propuesta gastronómica, alejada de las líneas clásicas. En una palabra: experiencia por todo lo alto, para repetir en mil ocasiones.

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